sábado, 16 de abril de 2011

Ojos que parecen bocas

Nunca el volúmen del cielo

ni el grito de las olas

me dijeron tanto.

Nunca el horizonte

ni el desvelo

caminaron de la mano.

Nunca volviste,

nunca supiste

ni de mí, ni de mi llanto.

Nunca estuviste,

nunca quisiste

saludarme con la mano.

Mientras miras la noche,

suave caen los astros

mientras miras mi rostro,

sientes la luna volando.

Es tu ocaso que lastima mis horas,

es tu voz cayéndose de la cama,

es el miedo derrotado,

es el fuego de tus manos.

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